Me flagelas dormida y me flagelas despierta, no sé a dónde voy a parar, me duele el alma. Mi corazón cada vez más esta sin vida, ¿pero qué hacer? Si mi muerte es mi vida, si lo que más amo es lo que más me lastima, ¿cómo le hago para calmar este dolor que me carcome las entrañas? Ya no se vivir sin ti, tu mirada me persigue a donde quiera que voy, no soporto el matiz de otros besos, ni el roce de otra piel, sola la tuya me hace enloquecer, solo en tu cuerpo me siento mujer.
Quisiera quedarme dormida y al despertar mirarte a mi lado, acariciar tu pelo, besar tu rostro y decirte una y mil veces cuanto te amo. Pero eso solo se queda en deseos pues al quedarme dormida solamente descanso de mi realidad, no le encuentro sentido al despertar porque cuando abro los ojos solo veo soledad.
Vivo presa en la cárcel de tus besos, y no sé cómo salir de ahí, mejor dicho no quiero huir de ti, estas tatuado en mi sangre, en mis recuerdos, en mi alma. Tus ojos me persiguen, son como dos filosas lanzas que traspasan mi corazón y lo dejan desangrarse lentamente, ya no soporto este dolor, sin embargo prefiero morir antes que estar lejos de ti, aunque pensándolo bien quizás muerta pueda estar siempre a tu lado como una sombra cuidándote las espaldas y ser tu guía, tu ángel, tu estrella. Conmigo a tu lado nada ni nadie te hará daño yo te protegeré siempre y al fin realizaré mi más grande sueño, el verte dormir junto a mi aunque tú ya no puedas verme.
Dios mío ¿por qué me hiciste amarlo tanto? Arráncame el corazón porque te juro que me está matand
No hay comentarios:
Publicar un comentario